El elevator pitch es el discurso de presentación de un proyecto empresarial, de en torno a los tres minutos de duración, que elaboraremos sintetizando la información más relevante del mismo, con el objetivo de despertar la curiosidad de los potenciales socios, colaboradores o inversores.

En definitiva, se trata de una exposición de nuestra idea, en la que reflejaremos la identidad del proyecto, el fin del mismo y las principales diferencias competitivas que podrían llevarnos al éxito.

Para hacer este discurso podemos partir de un proyecto más elaborado, pero al mismo tiempo nos servirá de base para confeccionar o mejorar el plan de empresa. Esto es así porque en el proceso de creación del elevator pitch, habremos meditado profundamente sobre los valores más reseñables y lo que pretendemos transmitir con el propio plan.

Un plan de negocio es algo más que una idea

Aunque el elevator pitch es un resumen de una idea que puede ser más o menos compleja, pero el plan de empresa tiene que centrarse en lo concreto y entrar en materia. Deberemos ensuciarnos las manos, explicando al menos los siguientes puntos:

  • Presentación: podemos partir de un elevator pitch, pero deberá revisarse una vez terminemos el plan de empresa, por los cambios que pudieran haberse realizado sobre el proyecto, una vez que se han previsto los principales problemas a los que nos enfrentaremos
  • Descripción de nuestro producto o servicio
  • Diferencias competitivas
  • Descripción del mercado potencial
  • Descripción y enumeración de la principal competencia que encontraremos
  • Plan de viabilidad, con estudio financiero: previsiones a corto, medio y largo plazo, a ser posible
  • Plan de marketing
  • Plan comercial
  • Posibles alianzas
  • Análisis DAFO (Debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades)
  • Equipo humano y organigrama

En la creación de este plan podemos encontrar notables diferencias respecto a nuestras expectativas, por lo que es conveniente extraer conclusiones, modificar la presentación (o escribirla al final) y ponerlo en manos de los socios del proyecto, con el fin de afinarlo y corregir posibles errores.

De la curiosidad al interés

El elevator pitch debe despertar la curiosidad, pero el plan de empresa tiene que ir más allá, captando el interés. Esto será especialmente importante si lo vamos a utilizar para obtener financiación o para presentar el proyecto en una ronda de inversores.

No obstante, no debemos olvidar que un plan de empresa responde a una necesidad eminentemente práctica, ya que nos permitirá dibujar nuestros primeros objetivos, preparar el lanzamiento del producto/servicio y ordenar muchas ideas de los miembros del equipo.

El camino que transcurre entre el elevator pitch y el plan de empresa, nos lleva de lo general a lo concreto y de lo que queremos transmitir al cómo hacerlo. En el proceso deberemos definir quiénes serán los miembros definitivos del proyecto, los fondos necesarios y los disponibles (necesidades de financiación), definir un nombre y logotipo… no resulta un camino sencillo, pero es quizás uno de los más edificantes de la fase de creación.

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Imagen | Jacob Bøtter

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