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A la hora de marcar un precio existen muchas variables a tener en cuenta. Una de las fórmulas para establecerlos es marcar como objetivo el hecho de lograr una tasa de rentabilidad que nos permita recuperar la inversión producida para crear o mejorar nuestro producto o servicio.

Es evidente que no es lo único a considerar, pero nos permite jugar con las variables de la fórmula para descubrir cuántas unidades deberemos vender a un precio determinado para recuperar la inversión, por ejemplo.

La fórmula básica para fijar precios en base a una tasa de rentabilidad es la siguiente: el precio es igual a sumar el coste unitario al resultado de dividir el producto de multiplicar la rentabilidad deseada por el capital invertido, entre el número de unidades vendidas que se estima para el periodo en el que pretendemos recuperar la inversión.

Lo podemos ver mucho mejor con un ejemplo. Producir un producto me cuesta 10 euros y deseo obtener una rentabilidad del 15% respecto a lo que he invertido en I+D+i y otros conceptos (500.000 euros).

Para descubrir el precio tendría que multiplicar 0,15 por 500.000, que nos da 75.000. Es decir, lo que pretendo ganar, que sería la inversión más un extra.

Luego divido esta cantidad entre el número de unidades que estimo que podré vender, pongamos que 30.000, lo cual nos da 2,5. Sumamos esta cantidad al coste unitario y nos da un precio de 12,5 euros.

Ese es el precio que tendríamos que poner para obtener la rentabilidad deseada al vender el número de unidades que hemos estimado. Ahora bien, debemos tener en cuenta que el cálculo se basa en una estimación de ventas, por lo que también deberíamos calcular el punto muerto.

El punto muerto nos dirá cuántas unidades deberemos vender a dicho precio para no caer en pérdidas, por lo que será vital para estudiar el rumbo de nuestras ventas.

Lo vamos a ver con otro ejemplo. Una empresa ficticia tiene un coste fijo, independientemente del nivel de producción, de 400.000 euros y un coste variable por unidad de 10 euros. Para descubrir el punto muerto dividiré el coste fijo entre el resultado de restarle los costes variables al precio (20 euros en este caso). El resultado me dice que para no caer en pérdidas a ese precio, debería vender al menos 40.000 productos.

¿Tenemos un precio competitivo? ¿podemos colocar el número de productos necesario? ¿puedo recuperar la inversión? Estas fórmulas solo abren las puertas al estudio, ya que tendremos que continuar formando el precio atendiendo a múltiples aspectos.

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