Hemos hablado de la existencia de picos y valles en los gráficos cuya dirección y movimiento determinaría la dirección y existencia de las tendencias del mercado bursátil.

Actualmente estas figuras son más conocidas en el mundo de la bolsa como “apoyos”(valles) y “resistencias” (picos) pero necesitamos hacer algunas reflexiones para entender cómo se pueden interpretar en un análisis técnico.

Los valles se denominan apoyos al suponer un punto de inflexión donde el mercado muestra el suficiente interés por comprar como para vencer el ímpetu de aquellos que desean vender y que han hecho que la gráfica sufra una caída.

Este nivel, por debajo de los valores habituales de mercado, puede ser identificado gracias a la existencia de puntos de apoyo anteriores que marcan un umbral de reacción del mercado. Por todo esto surge la otra denominación que se le suele dar: mínimos de reacción.

Se puede definir como lo contrario a un apoyo. Es decir, se alcanzan precios por encima del mercado llegando el momento donde el ansia vendedora gana al impulso de compra haciendo que el gráfico ascendente comience a bajar.

Las resistencias, al igual que los apoyos, pueden ser analizados utilizando la información pasada siempre teniendo en cuenta si existe algún tipo de tendencia al alza o a la baja.

Cuando el mercado se encuentra en una fase ascendente se puede observar que las resistencias se manifiestan como frenos en la misma pero sus niveles máximos pueden ser cada vez más altos. Si es así y los niveles de apoyo también son cada vez mayores podemos entender que estamos ante una tendencia alcista.

Si en esa tendencia nos fijamos en los apoyos y vemos que las caídas empiezan a emparejarse o incluso a superarse poco a poco podemos estar ante una señal de cambio de tendencia pudiendo estar entrando en una fase lateral o bajista según sean las señales. A más profundas sean las caídas mas posibilidades hay de un cambio de alcista a bajista.

Más allá de los perfiles psicológicos que tengan los inversores, generalmente se pueden dividir en tres grandes grupos: inversores a largo plazo, a corto y los que tratan de aprovechar las circunstancias.

Los inversores a largo intentarán realizar sus compras en los apoyos más profundos siempre y cuando exista una expectativa a futuro sobre el valor.

Si los futuros apoyos están cerca a los que desencadenaron sus compras originales pueden ser vistos como una oportunidad de comprar más títulos y sacarle más rendimiento a la cotización.

No obstante, un inversor cortoplacista que haya comprado en un apoyo profundo verá las caídas siguientes como una amenaza para sus posiciones y se verá influido por el afán vendedor antes de que los apoyos caigan bajo el desencadenador de su compra original.

Esto es así porque el inversor quiere intentar no perder dinero. Para ello intentará vender al mismo precio o superior al que compró ya que siente que se han equivocado y quiere cambiar la “apuesta”.

Los inversores que no tienen una posición clara es posible que creen una estrategia según sea la evolución de precios para intentar sacar lo máximo posible.

Estos intereses pueden hacer que los volúmenes de las operaciones realizadas en los puntos de inflexión del apoyo ganen relevancia al significar que una gran cantidad de títulos han cambiado de manos. Puede que los inversores a largo plazo aprovechen el momento para comprar los títulos en manos de los cortoplacistas que quieren vender.

Esto puede determinar cambios en las resistencias y apoyos futuros por lo que resulta fácil comprender que un análisis chartista (de gráficos) no es un método científico sino un método interpretativo de la mente de los inversores y que estos cambian constantemente de cara.

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