“Blue Chips” es un término cuya aplicación en bolsa parte de las fichas azules de los casinos que representan los valores máximos. Con esto se representan a los valores estrellas de un mercado, es decir, a aquellas sociedades que son estables y poseen un alto nivel de liquidez.
Cuando se habla de un valor “Blue Chip” podemos entender que se está refiriendo a una inversión con bajo riesgo financiero, baja volatilidad y que no necesita de grandes ampliaciones de capital. En nuestro país estos valores se suelen encontrar en el IBEX-35, siendo generalmente bancos y algunas entidades de comunicaciones y energía.
Pese a ser valores reconocidos como “inversiones seguras“ dada su naturaleza, pueden sufrir bajadas como cualquier otro valor aunque se caracterizan por una buena capacidad de recuperación a corto y medio plazo.
La utilización de este término anglosajón en los mercados de todo el mundo nació en el Dow Jones a mano de Oliver Gingold aunque no está clara la fecha en que se utilizó por primera vez. Se estima que entre 1923 y 1924. Las características de los valores “Blue Chips” suelen considerarse que son las siguientes:
- Grandes empresas
- Bajo riesgo financiero
- Alta liquidez
- Baja volatilidad
- Alta rotación
- Contabilidad saneada
- Alta calidad crediticia
- Pago regular de dividendos
- Estabilidad en la obtención de beneficios
- Alta contratación
Estos valores son muy atractivos sobretodo para el inversor precavido y conservador. Suelen otorgar seguridad y una base fiable sobre la que construir una cartera de inversiones estable. En España las empresas que tradicionalmente se han considerado Blue Chips son: Telefónica, BBVA, Banco Santander, Repsol e Iberdrola.