La resistencia al cambio puede ser un fenómeno común en las organizaciones más estáticas, pero no ajena en aquellas en las que se producen cambios de forma constante. En muchas ocasiones se produce por una falta de comunicación e implicación con los equipos de trabajo, que se sienten atacados por los cambios introducidos por la dirección.

Cuando un trabajador se ha adaptado a una dinámica de trabajo, gana seguridad y velocidad en la realización de su oficio, por lo que la ruptura de la misma representa una incertidumbre que debe ser combatida con formación e información.

Por otro lado, aunque el empresario piense que un cambio va a ser positivo para la empresa, puede que no esté valorando algunos conceptos que solo los que operan día a día en la materia pueden comprender. Por ello es importante que exista comunicación previa a los cambios, al menos con los responsables de área. En general existen algunas indicaciones para luchar contra la resistencia al cambio:

  • Sigue un procedimiento: estudia las necesidades, opciones, repercusiones y resultados. Consultar con los responsables de área y permite que estos recaben información de los empleados, medita en base a los datos, decide, informa de los cambios que se aplicarán y de los plazos de implantación, asegura que exista formación antes de su introducción y crea los mecanismos que permitan medir los resultados de la aplicación.
  • Implica a la plantilla: los cambios tienen un fin y la plantilla debe sentirse parte del proceso, ya que sin ellos es imposible que tenga éxito.
  • No actúes en base a corazonadas ni impulsos: muchos intentarán venderte nuevas aplicaciones, maquinaria y tecnología, pero hay que actuar con calma, estudiando las repercusiones y costes reales. No te dejes presionar.
  • Da ejemplo: una vez se introduzca un cambio, los directores generales y de área deben dar ejemplo y ser los primeros en adoptar los nuevos procesos.
  • Abre vías de consulta: la empresa debe permitir que los trabajadores expresen sus dudas y opiniones, resolviéndolas y atendiéndolas antes y después de aplicar las modificaciones. Los primeros meses posteriores al cambio son esenciales y tenemos que asegurarnos de que contamos con un buen servicio técnico y vías rápidas de resolución de problemas y dudas.
  • Forma: ya lo mencionamos en el primer punto, pero la formación es vital y debe tener un lugar especial en los procesos de cambio.El desconocimiento es el principal enemigo de los avances, pero además hará que el trabajo pueda sufrir retrasos.

De esta manera, vemos que para prevenir la resistencia al cambio la empresa debe luchar contra la desinformación, el desconocimiento y las prisas. Las novedades deben introducirse poco a poco para diluir la oposición (atendiendo a los argumentos contrarios a su aplicación) y siempre será más sencillo si forman parte de una empresa en continua evolución, guiada por la filosofía de mejora continua.

En BBVA con tu empresa | Seis causas básicas de insatisfacción laboral, Tres claves para la comunicación eficiente en los equipos de trabajo, Claves para mantener motivados a los trabajadores
Imagen | Victor1558

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *