Yukichi Fukuzawa en los billetes de 10.000 yenes

Durante el siglo XVII Japón cortó con todas las relaciones internacionales, manteniéndose en un aislamiento internacional que se prolongó durante algo más de 250 años. El inicio del cambio de esta situación se produjo con el Tratado de Kanagawa de 1854 y el Tratado de Harris de 1858, realizados con Estados Unidos y que serían seguidos por otros alcanzados con diferentes naciones.

La influencia política y social de esta apertura se tradujo en la denominada «Revolución Meiji», y situó a Japón como una de las más grandes potencias Mundiales, guiadas en gran parte por un modesto ciudadano: Yukichi Fukuzawa.

Las puertas se cerraron y Japón quedó aislado

El imperio japonés siempre desconfió de los movimientos de los extranjeros en su país. Las misiones cristianas, cada vez más activas y numerosas, realizadas principalmente por Españoles e Ingleses les llevaron a pensar que preparaban una conquista del territorio, de manera que decidieron cerrar todas las fronteras en 1635. De esta manera no solo querían proteger la nación, sino su cultura milenaria.

200 años después, nació Yukichi Fukuzawa, uno de los que serían conocidos como padres de la Revolución Meiji. Como suele pasar en estos casos, era imposible imaginar que siglos después, su rostro sería impreso en los billetes de 10.000 yenes y que esto representaría uno de los cambios más radicales en su país.

De hecho no pudo tener una infancia más humilde, pues con la muerte de su padre cuando aún era un bebé, su familia empobreció y tuvo que realizar trabajos como el de zapatero, muy alejados de su destino real.

A los 20 años comenzó a tener contacto con el mundo exterior gracias al estudio del holandés. Esto fue posible pues, pese al aislamiento internacional, Japón mantuvo contactos comerciales con Holanda.

Aún así, no podemos hablar de una relación normalizada, pues era muy complicado que los extranjeros pudieran pisar el suelo japonés. En su lugar tuvieron que desplazar sus actividades comerciales a la isla artificial Dejima, construida en 1641.

Hasta 1854, Fukizawa estuvo viviendo en Edo (actual Tokio) como profesor de holandés, momento en el que comenzó la apertura internacional mediante los acuerdos con Estados Unidos, Rusia y Francia.

Comenzó a trabajar para el gobierno como traductor y tras aprender inglés realizó algunos viajes a Estados Unidos y Europa durante casi un año en representación de su nación, recogiendo grandes conocimientos y experiencias de ellos.

Abrirse al mundo sin renunciar a sus raíces

Con el fin de la etapa del gobierno feudal de los Shogunes, en 1868, se aceleró el cambio del pensamiento económico, liderado por Fukuzawa, que se preocupó por adaptar las ideas de Keynes y Adam Smith a las tradiciones japonesas, primando el pensamiento occidental por encima del estudio de los clásicos chinos.

Sus contactos con el extranjero le convirtieron en una figura muy importante, fundando el periódico Jiji-Shimpo en el que escribió múltiples artículos. Por otro lado publicó diversos libros, en los que describía las relaciones internacionales, pero en los que también defendió los derechos de la mujer.

Entre 1870 y 1880 se realizaron importantes reformas económicas y sociales, adoptando un código penal similar al francés, suprimiendo los privilegios de clase y creando el Ministerio de Industria, pero también se realizaron cambios de diferente índole, como la implantación del calendario gregoriano y la enseñanza obligatoria.

Fukizawa participó como un autor controvertido, sobretodo cuando en 1880 escribió un artículo para defender la separación respecto al mundo asiático, extremo que le valió las críticas más duras de su carrera. Aún así, su legado es innegable y abogó por fortalecer el sistema educativo, pues opinaba que solo deberían hacerse ricos aquellos que estudiasen y atesoraran conocimientos.

La ocupación americana

Japón salió fortalecido de la primera guerra mundial, aunque en los años 20 perdieron fuerza por la recuperación europea, continuando la caída por culpa de la gran depresión y los acontecimientos que les llevarían a una época llena de conflictos bélicos.

Esto fue así hasta que, en el contexto de la segunda guerra mundial, atacaron Pearl Harbour, recibiendo como respuesta una lluvia de bombardeos convencionales y el lanzamiento de 2 bombas atómicas en sus territorios.

Derrotados, sufrieron la ocupación americana hasta 1952 y ya entonces, la mezcla entre ambas civilizaciones resultó evidente. Japón siguió adaptando formulas económicas y empresariales americanas, incluyendo los ciclos de calidad que fueron adaptados y mejorados mediante la filosofía Kaizen tradicional (mejora continua).

En esta etapa fue realmente complicado no renunciar a parte de sus raíces culturales, pero la fuerte determinación japonesa supo mantener algunos extremos inalterables, mejorando con lo aprendido, pero manteniendo el respeto por su pasado. La fuerte determinación de esta nación sigue demostrando su vigencia tras los terribles terremotos y el tsunami de 2011.

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Imagen | EO Kenny

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