Robert Owen

En el año 1781, un niño de raíces humildes tuvo que comenzar a trabajar con 10 años, como muchos en aquellos tiempos. Se llamaba Robert Owen y llegó a dirigir una compañía de tejidos en New Lanark cuando cumplió los 28. Sin duda era una época complicada, pero esta persona pensó que la calidad de vida de los empleados interfería en su productividad y tuvo la oportunidad de probarlo.

¿Ganar calidad de vida produciendo más o producir más gracias a la calidad de vida? ¿La felicidad del individuo es el fin o el camino? Incluso ahora, cuando planteamos un cambio del modelo productivo, no podemos ignorar los planteamientos de Owen y los resultados que obtuvo con ello. No solo hablamos de economía, hablamos de personas y sociedad.

New Lanark, la tierra del socialismo utópico

New Lanark

New Lanark es un pequeño pueblo escosés (en su época de bonanza tuvo más de 2.000 habitantes) construido originalmente para acoger a los trabajadores de la industria algodonera que allí fue ubicada. Surgió 4 años después del nacimiento de Owen, a manos del que sería su suegro, David Dale.

En el año 1799, las industrias fueron adquiridas por su yerno, pudiendo realizar una serie de reformas sociales, que harían que fuera conocido como el paraíso utópico del pensamiento socialista, y como todo un ejemplo para la revolución industrial que surgiría en Gran Bretaña.

Como hemos adelantado, Owen comenzó a trabajar desde que era un niño y quizás por ello consideró importante realizar modificaciones relevantes respecto al trabajo infantil, adelantándose a las modificaciones legales. Prohibió la contratación de niños menores 10 años y abrió en el pueblo la primera escuela del país para niños de corta edad.

Sus reformas sociales no terminaron ahí, y demostrando la importancia que le daba a la formación, impartió clases nocturnas para todos los empleados analfabetos. Además, se hicieron fuertes esfuerzos por modificar las condiciones de vida y la calidad de los hogares de los empleados.

Redujo las jornadas laborales de las 14 a las 12 horas, incluida la pausa para comer, lo cual resultaba todo un avance para la época. Pese a los buenos resultados del modelo, sus socios se quejaron de los gastos que suponían las «inversiones sociales» de Owen.

Lejos de ceder, adquirió las partes correspondientes a los socios y continuó aplicando su teoría más importante: que un trabajador feliz producía más que uno triste.

La industria se volvió muy fuerte, y todos los que visitaban el pueblo para comprobar aquel peculiar sistema, salían asombrados por encontrar unas condiciones impensables para una organización industrial de aquel entonces.

El personal parecía más motivado y feliz, trabajando con mayor ímpetu. Aún con la reducción horaria, la productividad era más que óptima, haciendo que la empresa sobreviviera al propio fallecimiento de su gran reformista.

Concepto económico, social y humano

Robert Owen pensó que el ser humano no puede ser entendido desde un punto de vista individual, sino desde una perspectiva social donde el ambiente interfiere de forma determinante sobre su motivación. Dicha motivación mejoraba la actitud de los empleados ante el trabajo y por tanto, una empresa con trabajadores felices, debía ser más fuerte.

Esto chocaba con la realidad de la época, centrada en utilizar a las personas como si fueran máquinas, algo perfectamente plasmado en la comedia de Chaplin «Las luces de la ciudad», realizada con cierta perspectiva histórica.

Owen pretendía demostrar que había otra forma de hacer las cosas y esto fue visto por muchos como un idealismo… y es que sin duda estuvo muy adelantado a su época.

Para él, la persona representaba el valor fundamental de una sociedad y de una empresa, pero sus ideas no calaron en los Estados Unidos, país dónde llegó a ser expulsado.

Actualmente New Lanark es uno de los pocos lugar considerados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en Escocia, siendo visitado por miles de personas cada año.

Sus visitantes siguen enfrentándose a las dudas, pues en nuestros tiempos muchas economías están realizando fuertes recortes sociales a causa de la crisis. Según las teorías de Owen, esto debería resultar un lastre para la productividad, haciendo que la situación se convierta en un pez que se muerde la cola ¿Las cosas podrían ser diferentes?. Todavía suena a utopía.

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Imagen | BinaryApe, James B Brown

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