Las entrevistas de trabajo representan momentos decisivos en los que una empresa debe ser capaz de encontrar al mejor equipo humano para su proyecto. Para lograrlo, debemos huir de la improvisación y partir de una base sólida establecida en el periodo de preparación.
El encargado tendrá que completar una serie de cuatro pasos básicos antes de comenzar la ronda de entrevistas, con el fin de que estas se desarrollen de forma eficiente.
Antes de llegar a este punto, la organización debe seleccionar cuidadosamente al entrevistador(normalmente el responsable de área, que puede necesitar formación específica) teniendo que garantizar las condiciones previas aunque se acuda a una empresa de selección externa.
Los cuatro pasos previos
Los preparativos comienzan por una fase de información, en la que el encargado de esta fase del proceso de selección tiene que asegurarse de poseer toda la información sobre los valores de la empresa, pero también sobre las exigencias del puesto a cubrir y las características y condiciones del mismo, así como la remuneración, la existencia de planes de carrera, la formación necesaria, etc…
En un segundo paso, los datos que tendrán que estudiarse serán los relativos a los aspirantes al puesto. Esto comprende desde el currículum vitae, cartas de presentación, resultados de posibles fases previas de selección (test, juego de roles y demás).
Para garantizar un clima de naturalidad en la entrevista, debemos evitar la continua consulta o lectura del currículum durante la entrevista, por lo que es recomendable hacer un buen repaso entre candidato y candidato, de modo que tengamos clara su experiencia para así poder guiar la entrevista de forma adecuada.
Una vez con estos datos recopilados, hay que estipular y analizar el tiempo disponible según el número de entrevistas a realizar. No debemos olvidar reservar un tiempo tras cada entrevista para realizar anotaciones, evitando tener que realizarlas de forma apurada o al final de la serie. Por otro lado, tiene lógica que se realicen entrevistas más largas en puestos directivos o en aquellos con más costes para la organización.
Por último, debemos garantizar que el espacio en el que se realizarán las entrevista sea el adecuado y que garantice un ambiente óptimo para que se produzca una buena comunicación.
Debemos huir de mesas demasiado amplias que nos separen del entrevistador o de aquellos elementos que puedan intimidar al entrevistado. Tampoco podemos restarle valor a las condiciones ambientales como la temperatura o la iluminación, ya que deberían crear un entorno cómodo dentro de las posibilidades de la empresa.