El síndrome del impostor, no confundir con la enfermedad de Capgras, es un importante problema que sufren algunas personas que alcanzan el éxito y puede afectar al entorno laboral de una manera nada desdeñable pues se trata de un sentimiento ligado al desarrollo profesional.
El problema radica en la autoestima del profesional que no posee la suficiente confianza como para procesar el éxito como algo positivo. Esto supone pensar que no lo merecen o que al alcanzarlo los demás tienen una perspectiva sobre él superior a su verdadera capacidad. Por tanto se creen impostores.