El hecho de que el mundo bursátil esté influenciado por inversores motivados por su estado anímico y/o por las interpretaciones que hagan de datos de toda índole hace que nos encontremos con diferentes perfiles de inversores, cada uno con una forma de entender el mercado a la hora de invertir en bolsa.
La manera en que lo hacen viene determinada en gran parte por la naturaleza del inversor: si es una institución de inversión colectiva, un fondo extranjero, un especulador… Conocer las principales características de cada tipología nos puede ayudar a comprender la forma de actuar de muchos de ellos.
El particular o “común”
Normalmente poseen una cartera que va aumentando por la compra de acciones pues suelen invertir a largo plazo y su intervención en la bolsa es puntual y no distorsiona la realidad del mercado al aprovechar momentos puntuales para realizar compras o ventas.
El soñador o “ludópata”
Existe un tipo de inversor que vive en las nubes y sueña que se hará millonario “jugando” a la bolsa. Como si fueran ludópatas pueden encontrarse con grandes beneficios al correr importantes riesgos pero finalmente tienden a perder lo ganado con gran celeridad.
Son personas cuyo poder de análisis está limitado por sus propias ansias de dar “el pelotazo”. Esto les puede llevar a comprar títulos cuya tendencia alcista está agotada y mantenerlos aunque comience dicha caída. Desesperados por las pérdidas terminan vendiendo barato. Gracias a este perfil los especuladores pueden “pescar en río revuelto”.
Inversores institucionales
Se producen inversiones a muy largo plazo. Se forman por grandes inversores que concentran a un gran volumen de títulos de pequeños inversores. Esto les otorga ventajas sobre el inversor particular ya que al administrar grandes volúmenes pueden diversificar las carteras de forma más eficiente.
Normalmente se tratan de empresas aseguradoras, fondos de pensiones, etc… al realizar inversiones a medio y largo plazo suelen tener un impacto limitado sobre la evolución del mercado.
El especulador
Se tratan de inversores que no entienden la inversión en bolsa como un compromiso continuo ni sujeto a plazos temporales concretos. Se basan en el aprovechamiento de las tendencias y oportunidades que les den el resto de inversores.
No estamos hablando de una persona compulsiva como “el soñador” sino de un perfil analítico que está a la espera de que surja la oportunidad, pero prestando especial interés al mejor momento de comprar y vender.
Instituciones de Inversión Colectiva
Se tratan de gestoras de patrimonio profesional que cuentan con grandes volúmenes normalmente distribuidos entre una cartera básica y una especulativa. La primera está destinada al largo plazo y la segunda la utiliza como en lo descrito en la tipología anterior (especulador).
La salida del mercado no resulta sencillo dado el volumen de títulos y mediante partidas importantes puede llegar a ser especialmente influyente en un mercado.
Fondos extranjeros
Hablamos de Instituciones de Inversión Colectiva que maneja tal volumen de títulos que necesitan actuar en gran cantidad de mercados. Es característico que inviertan en países emergentes o en los que se presenta una oportunidad.
Su entrada en esas bolsas suele suponer una subida en las mismas pero se trata de una inversión de tipo especulativo por lo que no se tratan de inversiones a largo plazo. La salida de un mercado por parte de estos fondos extranjeros puede suponer el hundimiento de una determinada cotización siempre y cuando puedan garantizar una salida exitosa o minimizando sus perdidas.
El vidente
Existen inversores que creen poseer un instinto especial a la hora de descubrir las fluctuaciones del mercado ante cambios sociales y económicos de todo tipo. Es posible que hayan estudiado a varios “gurús” y crean haberse convertido en uno.
Esto significa que aunque no comprendan realmente los fundamentos reales de las posturas que defienden, hablan de ellas con una seguridad pasmosa que les confiere una autoridad que de ningún modo merecen.
Resultan peligrosos al intentar influir en otros inversores aunque es algo tan común que muchos se anulan unos a otros. También hay que saber que muchos realizan un pronóstico azaroso dentro de las tres posibilidades de la bolsa: subirá, bajará o se mantendrá. Que acierte no es complicado y cuando lo hace se reafirma en su capacidad.