Para comprar o vender acciones en bolsa tenemos que contar con una cuenta abierta en alguna de las siguientes entidades autorizadas: Bancos, Cajas, Sociedad de Valores o Agencia de Valores. Mediante estas entidades lanzaremos nuestras órdenes pero independientemente de la vía utilizada tenemos que realizarlas con la intervención de un miembro del mercado (Sociedades o Agencias de Valores).

Nuestra orden, que podremos transmitir por internet, teléfono, fax o presencia física, llegará a nuestra entidad financiera para que la comunique a la Sociedad, Agencia o tercero con los que trabaje. Lo que estamos haciendo por tanto es introducir nuestras órdenes en el sistema de la bolsa partiendo de nuestro intermediario financiero.

Esta intermediación puede contar con algunas comisiones incluida la custodia de los valores que varía entre las distintas entidades financieras autorizadas. Algunos de estos gastos nos serán remitidos tras realizar las órdenes pues recibiremos un documento donde se especificará el número de acciones compradas del valor así como el precio y los gastos anexos como pueden ser el canon de las bolsas que se establece en función del efectivo negociado.

Según la entidad podremos recibir también informes periódicos con información sobre el valor actual de las acciones y normalmente recibiremos información sobre las ampliaciones de capital sobre las que tengamos que hacer algún desembolso. También abonarán a nuestra cuenta los dividendos pagados por las sociedades y al final del ejercicio nos darán un listado de operaciones para realizar las correspondientes declaraciones del IRPF o del impuesto de sociedades según seamos personas físicas o jurídicas.

Las órdenes que ejecutaremos se pueden clasificar de diversas maneras pero normalmente atenderán a las características de sus restricciones, plazos, condiciones y precios. Vamos a ir viendo estas órdenes una a una comenzando por algunas de precios.

Orden por precio de mercado

Estas órdenes no se ejecutarán limitadas por un precio concreto sino que se introducirán en el libro de órdenes del Sistema de Interconexión Bursátil Español (SIBE) negociándose por el mejor precio contrario (compra o venta, según) al ser introducidas. Estas órdenes se pueden introducir tanto en periodo de subasta como cuando el mercado ya esté abierto.

Si la orden no se ejecuta totalmente contra la primera orden seguirá haciéndolo contra tantos precios como sea necesario hasta finalizar. Si una orden de mercado no se negocia en subasta permanece en el libro como “orden de mercado” esperando una contrapartida. Imaginemos que lanzamos una orden de mercado para comprar 500 títulos y la oferta se va configurando de la siguiente forma:

cuadro

En este caso vemos las variaciones respecto al precio y los títulos ofrecidos. En este escenario nuestras acciones se ejecutarían de la siguiente manera: compraríamos 100 acciones a 10,60 euros más 300 a 10,70 y las 200 restantes a 10,80 euros.

Por tanto esta orden no está sujeta a un precio concreto sino que estamos pidiendo comprar un número determinado de títulos a precio de mercado hasta que se satisfaga la orden en su totalidad. Si en este caso hubiésemos lanzado una orden sobre 50 títulos nos habría costado 10,60 euros cada uno, pero si lo ofertado es insuficiente para nuestra demanda pasaría como hemos descrito.

Orden por lo mejor

Pese a su nombre esta orden no indica que lograremos el precio más ventajoso de compra o venta posible, sino que se aceptará el mejor precio disponible en el mercado en el momento de su introducción en el sistema SIBE. Si el número de títulos que ofrece el mercado no es suficiente para satisfacer nuestra orden entonces esta se realizará parcialmente quedando el resto limitado a ese precio.

Esta orden, al igual que la anterior, se puede ejecutar en periodo de subasta o con el mercado abierto pero debemos tener mucho cuidado. El precio estará marcado por lo que ofrezca el mercado en el momento de introducir la orden así que si no tenemos control preciso (en tiempo real) sobre lo que está pasando en el mismo podemos cometer un gran error. Imaginemos que hablo con mi entidad bancaria y les lanzo una orden por lo mejor de 500 títulos ya que cuando vi las acciones estaban a 10 euros.

En el periodo de tiempo que pasemos sin controlar en vivo los movimientos y entre que contactamos con la entidad y esta introduce la orden en el sistema el precio puede haber subido a 10,5 euros y de esta manera nos encontraríamos un desembolso extra que no teníamos previsto realizar. Igualmente nos podría pasar al contrario cuando queramos vender. Por ello es importante que esta orden se acompañe de un control del mercado y no lanzarlo “a ciegas”.

Seguiremos en la próxima entrega de este especial hablando sobre los tipos de ordenes, cómo operan y dando algunos consejos sobre cada una para que sepan las precauciones que debemos tener con cada una de ellas.

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