En ocasiones las empresas pueden financiarse mediante la ampliación de capital pero esto puede no ser siempre atractivo cuando hemos invertido en bolsa mediante sus valores.
Para ello será importante valorar si los beneficios esperados con esta operación son suficientes para justificarla. En caso contrario los títulos perderán valor.
Con este proceso puede crecer el número de acciones y por tanto el reparto de dividendos se disolvería pudiendo llegar a un límite donde la ampliación se volvería algo negativo para los inversores sobre todo si los resultados económicos no compensaran el proceso de financiación. Los efectos de estas ampliaciones para el accionista dependerán de varios factores.
Existe la posibilidad de realizar ampliaciones de capital en las que los accionistas no aportan capital por lo que suelen ser denominadas “ampliaciones gratuitas” al hacerse mediante beneficios no distribuidos que son convertidos en capital con el proceso.
Las acciones se amortizan contra reservas y suele tener efectos positivos sobre la valoración de las mismas.
Si se realiza mediante la emisión de nuevos títulos tenemos que estar atentos a la proporción de dichas acciones que puedan ser compradas en función de las ya poseídas. Por ejemplo: si tengo 1 acción tengo derecho a comprar 2 nuevas. (1×2)
Igual de importante que la proporción es atender al plazo que tendremos para ejercer dicho derecho de adquisición o para venderlo en bolsa. Lo normal es que el tiempo sea entre dos semanas y un mes a contar desde el día que se inicia la ampliación.
Existen dos tipos fundamentales de ampliaciones de capital según sea su emisión. Los nuevos títulos normalmente se emiten con el mismo valor nominal que las ya existentes (“a la par”) y pueden nacer de dos formas: con prima o liberadas.
La prima supone un suplemento sobre el valor nominal (no confundir con el valor de cotización) de los nuevos títulos. Esta prima puede hacer que la compra sea especialmente interesante para los actuales accionistas si el precio de adquisición es inferior al que se cotiza en esos momentos.
Por ejemplo, si una acción tiene un valor cotizado de 10 euros y se realiza una ampliación de títulos con un valor nominal de 5 euros con una prima de emisión del 130%, supondría que los actuales accionistas podrían comprarlos a 6,5.
Esto resultaría una operación especialmente interesante que hace que los accionistas se lancen a la compra de los títulos y no renuncien (vendan) su derecho de adquisición. Esto suele traducirse como subidas del valor en bolsa.
Reciben este nombre aquellas nuevas acciones que son entregadas a los actuales inversores de forma gratuita (sin coste) emitiéndose con cargo a reservas. Esto conlleva algo similar a un reparto extra de beneficios entre los accionistas pero obligará a la sociedad a realizar pagos de dividendos a los nuevos títulos.
Por ello puede ser visto de forma positiva por los accionistas aunque se debe prestar atención al proyecto para analizar los beneficios esperados de la capitalización.
Cuando antes hablábamos de la posibilidad de vender el derecho de adquisión de nuevos títulos tenemos que entender que este derecho es individual para cada acción nueva que podamos adquirir.
Es decir, sobre el multiplicador 1×3 que comentamos, se tienen 3 derechos que pueden ser vendidos de forma grupal o individual pero que también pueden ser ejercidos.
Esta posibilidad de venta abre una vía de entrada de nuevos inversores a la ampliación pero también a accionistas actuales que quieran más títulos de los que podrían adquirir por la proporción que le corresponde. El precio de venta de estos derechos puede ser vendido al valor de cotización en bolsa.
Nuestra entidad financiera (o donde se compraron las acciones) están obligadas a informarnos sobre las ampliaciones de capital del mismo modo que deben hacerlo sobre el reparto de dividendos. Dentro del plazo que se estipule en la ampliación podremos ejercer nuestro derecho de enajenación o adquisición de títulos. Esto lo haremos comunicándoselo a la entidad.
Si no comunicamos nuestra voluntad el depositario no realizará la compra cuando exista una prima de emisión que no hayamos aceptado de forma expresa. En su lugar venderá el derecho en bolsa el día que termine la ampliación.
Si por la contra la ampliación es liberada, no supone ningún coste para el accionista y en caso de no dar ninguna orden a nuestra entidad financiera esta suscribirá para nosotros los nuevos títulos que nos correspondan.