Uno de los problemas más comunes a la hora de realizar reuniones con la fuerza de ventas es que no son percibidas como un medio adecuado para resolver problemas y comunicarse. Esto es un síntoma de una mala planificación y ejecución de la misma que esconde un error de fondo proveniente principalmente de la dirección comercial y de ventas.
El exceso de reuniones, por otro lado, lejos de aumentar su eficiencia la convierte en un tramite pesado y absurdo que puede incluso desmotivar a muchos vendedores al sentirse presionados, aburridos y con menor independencia. ¿Cuando hay que reunirse? ¿por qué? ¿cómo?