William Somerset Maugham dijo que “sólo una persona mediocre está siempre en su mejor momento” y no le faltaba razón pero la mediocridad de un líder no solo se refleja en sí mismo sino que puede generar un vórtice con la capacidad de absorber a los demás. El lugar al que son arrastrados podemos llamarlo “el pantano del mediocre”.

Un sitio donde la genialidad debe luchar para saltar sobre el barro mientras el líder lo percibe como una amenaza y hace esfuerzos por enterrarla. El pantano, con la ayuda de ese líder sin talento encarnado en troll u orco, se convierte en el asesino de la creatividad, la motivación y la innovación.

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